La tarea impostergable de los Archivos es proteger
el patrimonio documental de los pueblos, para evitar que a los ojos
de muchas personas un simple papel viejo pueda ser tirado a la basura
sin ningún remordimiento, porque si nos detuviéramos
un minuto en su lectura podríamos descubrir su verdadero
valor: una voz del pasado que nos habla en tiempo presente. Una
voz que sólo al preservarla cumplirá su misión
de trascendencia.
Padrón de Isla Mujeres y su municipio, Yucatán:
1866. Archivo General del Estado, documento original. |
Durante los primeros
años de vida de Quintana Roo como Territorio Federal
los papeles que hablaban del quehacer cotidiano de la administración
pública de aquel entonces fueron debidamente archivados,
sin embargo los vaivenes del poder y los embates de la naturaleza
conspiraron casi un siglo para intentar borrar nuestra memoria
histórica.
Buena parte de ese pasado documental, literalmente
se ahogó con la irrupción de los distintos ciclones,
particularmente con el Janet en 1955. A los años siguientes
a la devastación de la naturaleza se sumó una
quizá peor: la indiferencia. El archivo se convirtió
en un sitio de destierro en la administración pública.
En 1981 el gobierno del estado se percató de la abandonada
existencia de este organismo y en 1986 se le dotó de
un primer marco legal, pero en el terreno de los hechos seguía
en el mismo abandono. Tres años después, en
1989, comenzó la reestructuración del Archivo
General del Estado para poder cumplir con su verdadera función,
comenzar de manera ordenada y sistemática el rescate
documental tanto histórico como administrativo.
Ese gran paso nos permite ahora poner los cimientos
de una política integral, que considera como patrimonio del
dominio público a los documentos, desde que estos son generados
hasta su guarda final, protegidos dentro de un marco legal actualizado,
que contempla al Archivo como la instancia normativa en la implementación
y desarrollo del Sistema de Documentación del Estado de Quintana
Roo. |
Estamos hablando de la generación, organización,
administración, preservación, conservación,
clasificación y difusión de los documentos que constituyen
el patrimonio archivístico de nuestra entidad, estamos hablando,
no solo de guardar papeles antiguos que nos traen voces del pasado,
sino de papeles que hoy, en tiempo presente nos hablan de los quehaceres
de las distintas instancias gubernamentales, contribuyendo a establecer
cimientos firmes a la democracia mediante la transparencia y acceso
a la información. Estamos hablando de ejercer el gobierno
de manera institucional y democrática, donde el acceso a
la información ya no es el privilegio de unos cuantos, sino
derecho de una ciudadanía que sabe que sin información
gubernamental pública y transparente no hay democracia que
valga.
Por otro lado, la misión de preservar la
memoria histórica deja de ser una misión autoimpuesta
por unos cuantos quijotes porque es fuente de identidad, de sentido
de pertenencia y una misión de Estado. Quintana Roo es la
entidad con el más alto índice de inmigración
del país, más del 50% de su actual población
nació en otros sitios de la geografía nacional, que
corre el riesgo de ser sin sentir pertenecer. Nuestra misión
es no olvidar, preservar y fomentar la identidad local, para eso
están los archivos.
Así como el caracol guarda todo el murmullo
del mar, los papeles de hoy y el ayer, guardan toda la historia
de un pueblo que ha sabido arrancarle a la miopía, a la naturaleza
y al olvido el orgullo de pertenecer a Quintana Roo.
Ante las exigencias tecnológicas de nuestra
época y con la finalidad de hacer accesible al público
la labor cotidiana y la información que ofrece nuestra institución,
el Archivo General del Estado de Quintana Roo se complace en poner
a disposición de la sociedad en general su página
Web, esperando con ello contribuir a la enorme tarea de socializar
la información documental de esta joven entidad.
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