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En la margen mexicana del Río Hondo se instalaron campamentos que paulatinamente dieron lugar a poblaciones permanentes dedicadas a la explotación forestal; el gobierno otorgó concesiones forestales a ciudadanos mexicanos que obtuvieron importantes ganancias a lo largo de la ribera y de la Laguna de Bacalar. Dichas concesiones a la postre, por intermediarismo, beneficiarían a las compañías extranjeras.
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Menéndez, Antonio. Álbum Monográfico de Quintana Roo,1935. Vistas y aspectos del campamento de Francisco Asencio en Sacxan y formación de las balsas de caoba en Estévez, Río Hondo, Quintana Roo. |
En
los años siguientes siendo territorio Quintana Roo, las condiciones no cambiarían,
aún cuando la explotación forestal se había inclinado hacia la madera y el
chicle.
El
adelanto dado en especie impedía las transacciones comerciales libres, las que
no podían realizarse por falta de dinero. Los patrones impedían el libre
intercambio al interior de las posesiones entre mercaderes ambulantes y los
trabajadores lo que les permitió controlar el capital durante todo el ciclo de
explotación.
La
producción silvícola fue la columna vertebral de la economía del territorio,
los habitantes obtuvieron el sustento y la esperanza de una mejor vida en el
chicle y la madera. Debido
a la escasez de mano de obra en la península, ésta era trasladada desde
Tuxpan, Veracruz; Honduras Británica y en menor medida de Cuba.
La
población se concentró
en el territorio, de norte a sur, en los principales centros productores
y recolectores del látex; Santa María, Cozumel, Vigía Chico, Santa Cruz de
Bravo y Payo Obispo.