"INFORMADOR DE Q. ROO" CHETUMAL, Q. ROO, FEBRERO 3 DE 1968 ESTAN "TIMBRADOS" LOS ANONIMOS DEL MOVIMIENTO OUTONOMISTA YUCATECO ASOSIADO; SEGUIREMOS SIENDO ORGULLOSAMENTE MEXICANOS QUINTANARROENSES. Entre una serie de estupideces y llegando a la falacia de negar el auténtico origen agrarista de la Guerra de Castas de Yucatán, sóla o en contubernio con algunos políticos de ese Estado, han lanzado una Proclama Autonomista con la clásica cobardía del anonimato, en la que conciben la "genial" idea de que el Territorio de Quintana Roo y Campeche pasen nuevamente a pertenecer a Yucatán, para que así éste se convierta en una República Independiente, segregándose de nuestros lares patrios. Los quintanarroenses consideramos esa risible pretensión como una afrenta a nuestra modesta calidad provinciana mexicana, pues jamás permitíremos que se pierda nuestra denominación de quintanarroenses que nos legaron nuestros mayores al lograr con lucha viril la reintegración del Territorio Federal de Quintana Roo, que en 1932 fué arbitrariamente dividido entre Yucatán y Campeche; brillante jornada cívica en la que tuvieron participación destacados mexicanos venidos de otros estados de la República que supieron convivir con nosotros y querer a Quintana Roo. Es verdad que el Territorio fué parte de Yucatán. Pero en 1902 fué creado por necesidad nacional, salvando esta región de los posibles apetitos extranjeros ya que Yucatán la tenía en tal abandono, que ni siquiera podía por sí mismo pacificar a los indios mayas que se habían refugiado en nuestras selvas al perder la Guerra de Castas que hicieron, en intento crucial e inútil para recuperar sus tierras que los blancos y mestizos yucatecos les habían arrebatado. Se creó el Territorio Federal, incluso por solicitud categórica que en tal sentido hiciera el entonces Gobernador de Yucatán Gral. Francisco Cantón después de que otros políticos yucatecos habían ofrecido la soberanía y dominio de la Península Yucateca (1848) a varias potencias extranjeras, a cambio de armas para aplastar aquella justa rebelión maya contra sus opresores. Si es verdad que nuestra profunda raíz étnica es maya, mezclada afortunadamente con sangre de ilustres liberales mexicanos que el porfirismo envió a estas tierras cuando las convirtió en presidio político, debemos aclarar que esa raíz maya es precisamente de los mayas buenos, es decir de aquellos mexicanos mayas perseguidos y sojuzgados por los antepasados de la actual Casta Divina que tenían los mismos intereses y fines que ésta tiene: la explotación de esa desdichada raza y sus descendientes. ¿Cómo se atreven ahora cínicamente a llamarlos a las "albarradas que los esperan", si los indios mayas y mestizos empobrecidos saben que los llaman sus enemigos de siempre, los que han formado sus grandes capitales con el sudor y hasta la sangre del indio maya? Están "timbrados" los anónimos del Movimiento Autonomista Yucateco Asociado. Y por lo que respecta a nosotros los quintanarroenses, seguiremos siendo orgullosamente mexicanos quintanarroenses. De Tenemos los mexicanos quintanarroenses cierto regionalismo y no separatismo, para defendernos precisamente de la constante voracidad de algunos políticos y capitalistas yucatecos que no desmayan en su torpe intento de apoderarse nuevamente del Territorio de Quintana Roo para acrecentar sus capitales y afirmar sus intereses, en tanto en que nosotros vemos y sentimos esas inusitadas pretenciones como una afrenta a nuestra dignidad quintanarroense. Quintana Roo tiene los brazos abiertos en cruz para recibir a todos nuestros hermanos mexicanos que vengan a radicarse y a ayudarnos a engrandecer nuestra tierra con su trabajo y su buena fe, pero a la vez tenemos cerrado el puño para aquellos ilusos y torpes que quieren ver en nuestro terruño una tierra de nadie, una tierra de conquista. Este es nuestro regionalismo y es un regionalismo mexicano. Porque contemplamos con tristeza y hasta con cierta resignación, que se han negado trabajo a nuestros hijos después que terminen sus estudios profesionales; por que se han explotado nuestras riquezas forestales, hasta clandestinamente en ocasiones, sin ningún beneficio directo para Quintana Roo; porque se nos suplanta en los puestos públicos generalmente con personas menos capaces; porque en anteriores ocasiones hemos sufrido la arbitrariedad y el abuso de malas autoridades y por que tenemos que soportar, por decencia, la indebida actitud de algunos vivillos que hasta creen que vienen a "civilizarnos".
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